domingo, 21 de junio de 2009

De las Adicciones


No es justo llevar nuestra vida sin distracciones. No se puede estar siempre cerrado en cumplir, en funcionar. El círculo que es nuestra personalidad (con tantos bordes, que hacen una circunferencia de infinitas aristas) se rompe, o es incompleto. Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no todos nos quedamos observando, callados, detallando cada nube, con cuidado viendo cada movimiento y con deleite analizando cada nueva figura. No todos tenemos las mismas experiencias, por lo que no todos tenemos la misma fuerza de voluntad. Estamos hechos de carne y hueso, no de minerales preciosos, o de iluminación divina. No me refiero a que el cuerpo sea despreciable, al contrario, es maravilloso, pero no es eterno y es tan corrompible cual hoja a la deriva del río. Y tal como cada cosa inestable, se aburre de la rutina. Se enoja si se le molesta, intenta escapar al verse encerrado, gana odio contra la represión, y busca una salida al verse presionado. Molestarse, encerrarse, reprimirse, presionarse. Cosas bastante comunes hoy día...
La sociedad no vela por bienestar. Vela por la forma, y no por el fondo. Por vestir a la mona de seda. Por la producción, el progreso, la democracia, el Estado. El sistema necesita el sistema; nosotrso siendo productivos, funcionando, sin parar, a cambio de algo de dinero, que a fin de cuentas, el mismo sistema inventó. Pero qué pasa con el sentimiento, enjaulado, domado, encarcelado, sufriendo la claustrofobia en el interior. Dónde queda el animal que se paró en dos patas y ahora está ya trabajando de 8 a 8, usando uniforme, obligado en más del 95% de las veces a hacer lo que no quiere, y de una forma que aún gusta menos. El animal se libera. Y una vez más, no guiado, no encaminado, desenfocado. El ímpetu disparado de espaldas en un día de viento fuerte. Se libera todo de la peor forma posible. Y ahora lo que vale es la fuerza de voluntad, esa que nadie nos dijo que existía y que nadie sabe cómo educarla. Esa que titularon de "Quiero Ser" y la vendieron a los colegios, malcriadamente. Irracional como él propio, el ser humano se corrompe en demasiados casos, demasiadas veces. Y ocurre el suceso...
Concluír que no es culpa del individuo, a fin de cuentas, sería una falacia. Es plena culpa del sujeto. No puede lidiar con su propia carga social. ¿Qué hacer? Analizar. Pensar. "Dar siete respiros antes de tomar la desición". No es racional entregarse a la ceguedad del futuro dañino por causa de un placer y una "liberación" inmediata y fácil. Nada en la vida es tan fácil. Tienes opciones; entre ellas, quedarse al borde, explotándo caóticamente un día, o hacerlo todo de a poco, o entregarse a la adicción, estúpidamente. O buscar otra forma. Siempre hay otra forma. Siempre se puede arreglar lo malo. Siempre. Es ese sentimiento de "No puedo, ¡me suicido!" humano, natural y común aunque nos lo noeguemos. Y está bien sentirlo. Pero, vale demás entrenar de vez en cuando esa fuerza de voluntad, ¿no?
Paz!

No hay comentarios:

Publicar un comentario