domingo, 25 de diciembre de 2011

Lxs Capucha: primer línea de defensa (articulo enviado desde Uruguay)

"Lxs Capucha: primer línea de defensa
Estigmatizados por los medios, son ellos!
Los violentos.

Los insurrectos los que no tienen nada más que hacer que tirarle piedras a los Pacos (policías), que no hacen más que romper semáforos y ser el terror de la propiedad privada. Son jóvenes que en su vida de vacío y aburrimiento aprovechan las marchas y manifestaciones para ver si me puedo romper una cosita.
Si, esto es visto así, es porque usted solo conoce lo que se trasmite por todo canal chileno e internacional, cuando existe un enfrentamiento…el tinte amarillista muestra inmediatamente su hilacha ¡Esos son los destructores que atentan contra las bases democráticas chilenas…como dice el lema de la bandera chilena y como se lee en el costado de algunas monedas ”por la razón o la fuerza”, ¿por la razón? ¿qué razón? ¿la razón de quien? o por la fuerza! o… si, más que democrático. Uno se pregunta solamente al leer esto ¿quiénes son los violentos?, ¿Quiénes son los que tienen en su poder las fuerzas represivas?, ¿Acaso los capuchas te piden documentos, explicaciones, te detienen porque sí en la calle, han matado jóvenes de 15 años? ¿Ellos hacen el abuso de poder?

La Capucha nace como una respuesta a la violencia ejercida por los efectivos policiales, es una demostración de odio acumulado de años, de años de impotencia, de años de sentir que al ser joven no se es más que un delincuente, una mierda que está ahí nada más porque a su madre no se les ocurrió abortar. Muchos de los capucha son estudiantes que vivieron la represión directa cuando estaban en la secundaria, en los liceos… muchos de ellos vivieron un episodio parecido a las actuales manifestaciones y a la coyuntura actual del movimiento estudiantil chileno en el año 2006 con el gobierno de la social demócrata del partido de la concertación pseudo progresista que tenía como presidenta a “La Bachellete”, a este episodio se le llamó la “Revolución de los pingüinos”, ya que eran los liceales, usando su uniforme del colegios los que salían a la calle a protestar por la suba del boleto, pidiendo una educación gratuita y digna, ellos ya desde sus jóvenes 12,13,14,15 años vienen sufriendo atropellos de los responsables políticos y materiales violentadores de su libertad, el accionar abusivo de los carabineros, de la policía chilena (de los tortuga ninja como le llaman, viendo que usan un verdadero caparazón verde con cascos palos, escudos, coderas, rodilleras, gases lacrimógenos, balas de fuego…listos para la acción!) no es más que un accionar de ordenes de los acobardados políticos que detrás de sus escritorios piensan que con un par de gorilas violentos, entrenados de mil formas para matar, van a poder controlar la situación totalmente, que el pueblo no tiene memoria, que las cicatrices y los moretones con un par de puntos y un poco más de tiempo se olvidan convirtiéndose en cosa del pasado. Si el capucha es salvaje, ellos civilizan como les enseñaron en la vieja escuela de la conquista española.
Están también aquellos llamados “flaite” (En Uruguay llamados plancha), estos que son estigmatizados por cómo se visten , como hablan, que música escuchan, con que droga se drogan, por las elecciones no pudieron tomar en su vida, ellos también se encapuchan, ellos toman su rabia en las piedras que tiran a los Pacos, ellos actúan en venganza, la mejor que podría haber, no es violencia por violencia no es la barra del bolso versus la barra del manya, no es no cagamo` a palo` con lo` seguridad del inter, sino una forma de mostrar que también son consientes de un problema social que se vive, que los involucra tan directamente como a los estudiantes, ya que su situación económica y la de sus familias es producto directo de esta desigualdad al acceso de educación.

Una característica peculiar de quien, decide accionar, aquel que se encapucha sea hombre o mujer es no exponer a sus compañeros, cada uno elige que hacer o que no, como manifestarse o cómo no, sin ninguna policía militante del pit-cnt o la feuu que suavice o negocie la intervención, generalmente es al final del recorrido de la manifestación que empieza el enfrentamiento, es una guerrilla de posiciones, de defensa del lugar , de la calle, de demostrar que la calle es nuestra, que la toma (la ocupación de los centros educativos) es nuestra, nosotros, pueblo, pobre, explotado, oprimido, tu Paco, represor, títere del autoritarismo del gobierno derechista-pinochetista neoliberal del presidente Piñera.
Es también una forma de propaganda, propagandear que no les tenemos miedo, que nos encapuchamos no por cobardes sino porque debajo de la capucha somos uno, todos somos capucha, somos una parte de un organismo vivo que se mueve y lucha como uno solo, ellos [los Pacos] tampoco andan con identificaciones colgadas en su uniforme oliva, ¿por qué nosotros si?. Propagandear también de que si no nos dejan nada, que si nos endeudan hasta el cuello por el derecho estudiar, si golpean a nuestras madres, hijos, compañeros, parejas, NO nos vamos a callar, ni quedar quietos.

Una bala no les espera (por ahora) pero si una molotov o una piedra bien dirigida, que los muertos no queden impunes. En este ámbito fue el asesinato de Manuel Gutiérrez (17 años), un homicidio más que vivió el movimiento estudiantil chileno, tal vez uno de los más cobardes de los últimos tiempos con una bala dirigida directamente a su cuerpo cuando había terminado la movilización, pero sin embargo este asesinato fue el despertar de una bronca en plena ebullición… fue un BASTA, basta de que nos maten. ¿Por qué deben morir, compañeros, por qué deben morir niños?
Los encapuchados no son un grupo caótico que sale a romper todo, pero si cualquiera puede encapucharse, es necesario tapar todo rasgo que pueda identificarlo, cubrir el rostro y el pelo, usar guantes y llevar en una mochila una muda de ropa y bastante desodorante para eliminar el olor del lacrimógeno ya que durante las manifestaciones la P.D.I (Policía de Investigación) filma todo y fotografía todo para archivar y fortalecer su caza de brujas, las viejas mañas nunca se pierdes. Los motivos simples buscar cualquier rasgo, color de piel, zapatos, cabello o complexión física que delate a los encapuchados, para encarcelarlos o algo peor. La semana pasada a 4 compañeros de la universidad del Biobío de Concepción, fueron ilegalmente secuestrados por las fuerzas policiales, los torturaron con picana eléctrica pidiendo nombres de Capuchas… ellos no hablaron, aunque fueron torturados no hablaron, demostrando que ser Capucha no es un juego, es un compromiso, eso una postura de vida en la que uno se juega todo por sus ideales y la seguridad de sus iguales. Estos actos a igual que las incursiones ilegales dentro de las universidades ocupadas para llevarse a estudiantes no salen en la prensa chilena ¿y los capuchas son violentos por romper un semáforo por ejemplo?, ¿Quién es el fascista acá, díganme quien es el violento acá?… cómo es posible tolerar un estado fascista así, torturador… cómo es posible que el mundo siga girando como si nada cuando algunos no nos dan las lagrimas de bronca… no se sabe si sus rostros, en los rostros encapuchados, lloran de bronca o de tanta bomba lacrimógena, pero lo que sí sé es que en los ojos enrojecidos hay orgullo y valía.
Durante los enfrentamientos hay trasportes llamados zorrillos, rápidos y letales que se dedican a tirar chorros de gas, también tenemos a los guanacos, camiones blindados que tiran fuertes chorros de agua, pero no agua de la canilla, sino agua con amoníaco y otros tóxicos que hacen daños no solamente en la piel… miren si bien yo no me he encapuchado he experimentado el poder de esos gases, no podía ver, me sentía mareado, pero por suerte vino una compañera con agua con bicarbonato para lavarme. Morder el limón y ponerse sal debajo de los ojos es otra forma de apalear el poder corrosivo de estos gases, gases que están prohibidos por ley marcial utilizar en la cantidad que se utilizan, pero que las fuerzas de orden hacen caso omiso arriesgando la vida de toda la ciudadanía… y pese a que esto no es una guerra, si es una guerra también, aunque es más violenta ya que un “ejército” no tiene más armas que su voluntad y su palabra.
El gas queda por días en el aire y aunque al otro día no haya enfrentamientos si hay gas por todos lados, te arden los ojos, toces mucho y todos andamos cubriéndonos la boca para respirar ese veneno lo menos posible, esta es sin duda la nueva lluvia acida.
Aquellos que documentamos y no nos encapuchamos apoyamos presenciando y dando fuerza, es clara la diferencia de quien apoya y de quienes de lejos se toman esto como un show combativo.

Prende tu mente"

Extraido de http://revistaculturalia.blogspot.com
Agradecimientos a Colectivo Jurídico "Conocimiento Acción Libre"

lunes, 19 de diciembre de 2011

Acerca del miedo

"El miedo ha sido en todas las épocas de la humanidad un fiel aliado del poder. El poder cuando quiere tener sometida a la gente, ocupan el miedo, el temor, la ansiedad. En estos momentos, una de las características centrales de lo que nos está ocurriendo, es que todo el mundo está asustado ante la naturaleza de todo lo que nos está sucediendo"

"Del miedo sale la parálisis ciudadana. El partido que le sacan a la parálisis ciudadana es que al estar tan asustados con lo que nos puede ocurrir (siempre pensamos "el próximo voy a ser yo"), que nos anestesiamos, es decir, nos quedamos ansiosos y no protestamos, no nos movilizamos, nos quedamos en nuestra casa".

Joaquín Estefanía (en "Miedocracia")
Economísta
Periodista

sábado, 19 de noviembre de 2011

Está bien ODIAR TU BANDERA




"Los Hechos:

NANCY MAGDALENA CALABRANO TORRES:
Que, el miércoles 2 de noviembre del presente año, alrededor de las 8 de la mañana fui a dejar a mis hijos al paradero que se encuentra en el camino público Chequenco, como a 80 metros de mi hogar, para esperar el bus que los lleva al colegio de Pidima. Cuando volvía a mi hogar, escuché disparos y el entorno de mi casa se llenó de humo. Vi como frente a mi casa se desplazaba por el camino público, en dirección a Chequenco, un grupo de cómo 20 veinte carabineros, vestidos con ropa militar, con cascos, metralletas y fusiles en sus manos, tras ellos venían 2 patrullas, 2 furgones, zorrillos y camionetas de color blanco, rojo, plomo y negro, en las últimas camionetas venían, en la parte descubierta, carabineros de pie, armados y apuntando hacia las casas. Los carabineros que venían delante disparaban en dirección a mi casa y lanzaban bombas lacrimógenas tambien hacia mi hogar. Yo corrí hacia el paradero donde se encontraban mis niños, junto a otros niños hijos de mi hermana Carmen y de Miriam Gallardo Cayul, a pedirles a los niños que se devolvieran a sus casas. Luego traté de acercarme a carabineros para decirles que dejaran de disparar y tirar lacrimógenas, porque en las casas se encontraban niños y un par de ancianas, pero me respondieron con puras groserías. En el sector de mi casa hay seis viviendas, las que fueron afectadas por los disparos y bombas lacrimógenas. Los hombres habían salido temprano a trabajar y los niños no pudieron ir a clases.
Después del mediodía la misma caravana policial venía de vuelta a Pidima por el camino público que colinda con mi casa y pasaron disparando balines de goma, los cuales caían como lluvia encima de nuestros techos de zinc, causando gran temor a todos los que nos encontrábamos allí, especialmente a los niños. También lanzaron bombas lacrimógenas en contra de nuestras casas.
El día jueves 3 de noviembre y viernes 4 del mismo mes se repitió la misma situación, siendo el hecho más grave el ocurrido el jueves 3 como a las 18:30 horas, momento en que nuevamente escuché disparos y salí a ver que pasaba, vi como carabineros se adentraba en mi terreno y también que una bomba lacrimógena había estallado en la puerta abierta de la casa de mi vecina Jennifer, la cual tiene un hijito de pocos meses de edad.
Me acerqué a hablarles a carabineros para decirles que tuvieran mas respeto, que había niños y en la otra casa una guagua. Cuando estaba como a 5 metros de los carabineros, dentro de mi propiedad, los carabineros no dejaban de apuntarme y uno de ellos sin decir palabra me disparó un balín que me hirió en mi seno izquierdo, que comenzó a sangrar. En esos momentos llegaba mi marido, Juan Martín Toro Ñanco y a él le dispararon un balín en la pera, el cual lo dio vuelta y lo hizo sangrar profusamente. Al verme herida mi hija Marta Toro Calabrano corrió a socorrerme, siendo tambien baleada, recibiendo un disparo en su cadera derecha.
Luego llamamos al SAPU el que nos llevó hasta el hospital de Collipulli. Cuando llegamos el médico estaba muy preocupado y me dijo que me iban a enviar al hospital de Angol para que me tomaran una radiografía, pero lo llamaron unos carabineros y cuando volvió la atención ya no era la misma. Me colocó unos puntos en la herida, atendió a mi esposo y a mi hija y nos envió para la casa. Junto a nosotros andaba mi vecina Jennifer con su guagua, la cual no paraba de llorar y no la atendían. Fuimos al consultorio de Ercilla donde un paramédico atendió a la guagua y al verme sangrar de mi herida me envió al hospital de Victoria para que me tomaran una radiografía.
Nosotros sufrimos un allanamiento en el mes de agosto de este año, en que llegaron gran cantidad de vehículos policiales, incluso un guanaco y no se llevaron nada. Todos los días continúan pasando en caravana los carabineros, temiendo que en cualquier momento nos empiecen a disparar de nuevo.
Hasta el día de hoy, la familia en su conjunto y todos los vecinos del sector nos encontramos atemorizados, y los niños no han podido superar el miedo.



JENNIFER CALABRANO CALABRANO:
Vengo en denunciar lo ocurrido el día jueves 3 de noviembre del presente año, día en que me encontraba sola en mi casa junto a mi hijito de 6 meses de edad, Simon Ariel Palacios Calabrano.
Serían como las 6 o 6 y media de la tarde cuando yo salí a buscar leña cerca de mi casa y dejé a mi hijo solo un rato al interior de la casa, en su andarín. Comencé a escuchar disparos y ví que una bomba lacrimógena había estallado en la puerta de mi casa, la cual se encontraba abierta, corrí a ver a mi hijo y él se encontraba asfixiado por los gases, en la casa no se podía respirar porque era muy fuerte el olor de la lacrimógena. Me ayudaron mis vecinas a aliviarlo con aguita. Fuimos al hospital de Collipulli, junto a mi vecina Nancy, su esposo Martín y su hija Marta, los cuales habían sido heridos por carabineros. En el hospital de Collipulli esperé cerca de una hora y no me atendieron al niño, tuvimos que llevarlo al consultorio de Ercilla donde le dieron un inhalador. A mi hijito le habían diagnosticado bronquitis obstructiva tres días antes de que ocurrieran los hechos que denuncio, por lo que se puso muy mal a consecuencias del gas.
Los días anteriores habían pasado los carabineros disparando desde el camino público, pero ese día ellos entraron a la propiedad de mi vecina Nancy Calabrano y desde allí lanzaron las bombas, una de las cuales estalló justo en la puerta de mi casa y el gas se introdujo a mi hogar. Mi casa se encuentra mas retirada, del camino público hacia el cerro como 100 metros.

VET DEL CARMEN CALABRANO CALABRANO:
Vengo a denunciar que hace varios días hemos estado recibiendo balazos y gases lacrimógenos en nuestra comunidad. El día miércoles 2 de noviembre como a las 8 de la mañana, llevé a mis hijos, Marcela Ester Toro Calabrano y Blanca Uniset Toro Calabrano, a esperar el bus que los lleva a su escuela en Pidima, Colegio Teodosio Urrutia Muñoz, en la garita que se encuentra en el camino público que va de Pidima a Chequenco, cuando escuché disparos y comenzaron a llegar gases lacrimógenos. Yo traté de hablar con carabineros, decirles que habían niños y que estaban todos llorando por efecto de los gases y porque no habían visto eso antes. No me hicieron caso y mis hijos no pudieron ir a clases ese día, encontrándose con mucho miedo hasta el día de hoy.
Los días siguientes continuaron pasando los carabineros lanzando bombas y disparando, por lo que tenemos mucho miedo de lo que pueda ocurrir, ya que nuestros vecinos ya fueron heridos.

MIRIAM LUZ GALLARDO CAYUL:
Reafirmo los dichos de mis vecinas en cuanto hemos sufrido el ataque de carabineros los días 2, 3 y 4 de noviembre en nuestra comunidad, encontrándose gran cantidad de cartuchos de escopetas y de bombas lacrimógenas en los terrenos que rodean nuestra viviendas, así tambien en los techos de las casas.
Que la mayoría de las veces hemos estado solas las mujeres con nuestros hijos porque nuestras parejas salen a trabajar temprano y no vuelven hasta la tarde.
Que el día martes, cerca de las ocho de la mañana, estaba con mis hijos en la garita que esta cerca de mi casa en el camino público a Pidima cuando los carabineros empezaron a disparar y lanzar lacrimógenas, provocando llanto y asfixia a mí y a mis hijos, Pablo Natanael Calabrano Gallardo y Analys Belen Calabrano Gallardo. Ese día no pudieron asistir al colegio de Pidima donde estudian ya que quedaron muy afectados. Los días siguientes la situación fue más grave aún, manteniendo el miedo constante sobre lo que pueda llegar a ocurrir.
En ningún momento se presentó alguna orden de ingreso a la propiedad de mi vecina o se nos dio alguna explicación acerca de la invasión violenta a nuestra comunidad o el trato sufrido por nosotras y nuestros hijos.
En su actuar Carabineros ha actuado atentando contra la integridad física y psíquica de los miembros de nuestra comunidad y de nuestros niños. Generando temor e incertidumbre, los niños le tienen mucho temor a Carabineros, lo que sin duda tiene implicancias en el normal desarrollo de los niños y en su proceso de aprendizaje.
Por ello, ante este escenario, claro es, se configuran actos de Carabineros que perturban y amenazan las garantías constitucionales de los habitantes de la comunidad, en especial de los menores."

Testimonios varios sacados de una publicación del MUI bajo este título: "Recurso de Protección contra Carabineros y Gobernación Provincia Malleco por Violencia comunidades mapuche".

lunes, 31 de octubre de 2011

Keep your hands off my stack.

Matarlos a todos. Quemarlos a todos. No dejar que me infecten con su mierda de plástico. No dejar que me usen. Que me atrapen como el pulpo mecánico del final del video de "Do the Evolution" de Pearl Jam. Escapar de sus artimañas. Desviarlos. Sabotearlos. Desobedecerles. Enseñar que ellos son los malos. Enseñar cómo no caer en sus trampas. Enseñar cómo llevarles la contra. Odiarlos, si es necesario. Matar o morir, ¿será necesario? ¿Me viro o doy la pelea? ¿Me entrego de una vez por todas, por el más alto de los precios? ¿Les hago el favor? ¿Dejo que me perviertan? No lo sé. No importa. Sabré que están mal. Ellos son los malos. No dejar que me infecten con su mierda de plástico. No dejar que me usen. Sabotearlos si es necesario.



Stencil hecho por "Martín Warp", un verdadero artista este chiquillo.
"Keep your hands off my stack" es una parte de Money de Pink Floyd. Es lo que el preciado tesoro amerita, "aléjate, mierda!". La gracia, es la cantidad de cosas que puedo decir con "tesoro". Tomando exclusivamente esa frase, la cosa adquiere un doble sentido. Aléjate de mi dinero o aléjate dinero...

Paz!

miércoles, 5 de octubre de 2011

Everybody Lies (así que ¿qué nos importa...?)

La próxima vez que escuchemos a alguien hablando y haciendo autoridad de su propia honestidad y verdad, de su capacidad plena de afrontar los hechos de frente, sacando algo así como antimateria de su interior para hacer uso de sus capacidades dictatoriales y discursivas, no le crea. Existe llamado algo “La Prueba del NO”, de lo que me enteré un día en un coloquio organizado por la Escuela de Derecho de mi universidad. Una expositora española hizo una acotación acerca de las premisas entregadas en el discurso del Presidente de la República. Si la premisa entregada, es imposible rebatirla con un simple “no”, entonces es mentira. La premisa debe entregar razón, debe tenerla, no ser fuente de virtud y verdad.

Esto, hablando en modalidades discursivas es muy válido. Pero también hay que considerar la diferencia de contextos, hablando de historia un poco, donde antes el personaje carismático emitía su discurso vociferando a grandes pulmones hacia una vasta cantidad de personas, en espacios públicos generalmente, en grandes encuentros. Ahora es por el aparatito ese tan criticado en este blog, la televisión, donde no es necesario asistir a encuentros –lo que es completamente explicable y no debiera sorprender-, sino quedarse en la comodidad y calidez de nuestro hogar, pero corriendo el riesgo del “mass-mind rape” que cantaban los Rage Against the Machine, de la violación mental en nuestra propia intimidad del hogar. Otra facilidad que le ofrece la TV al Estado.

Probablemente a usted le recuerde al Dr. House, que en su cita más fundamental de la 4º temporada, indicaba así “Todos mienten”. Incluso, tras ser rebatido por una de sus ayudantes, quien decía “Todos mienten, pero hay una excepción en cada regla”, House agregaba lo siguiente: “En realidad no la hay. Eso es lo que hace a la regla”.

Por consiguiente, usted no se sorprenda cuando descubra la mentira en ojos confidentes. Lo más probable es que haya hecho lo mismo poco tiempo atrás. Hay una magnífica cantidad de razones y causas, técnicas para descubrirlos y convertirse, pero siempre queda el amargo sabor de un incendio mental o emocional al descubrirlas.

Lo interesante es el hecho de que la gente trata siempre de protegerse. La protección es uno de los recursos más necesitados por la humanidad. Y el ciego placer del engaño mental a veces es lo único que queda. Somos más adictos a la protección que al agua, y es eso lo que no tienen algunas personas, o no necesitan algunas personas, eso es lo único que los diferencia del resto, muchas veces. Gente que decide virarse y no estar ni ahí con la protección, o aventurarse en un viaje desconocido por el mundo y el descubrimiento, despojándose de toda marca, todo signo, todo número y todo lenguaje. El mundo se abre una sola vez, y esa vez puede bastar para joderse la vida buscando la luz en la cueva de oscura de Platón, sirviéndose de cualquier maldita chispa de oscuridad en medio de la masa oscura de materia real y cotidiana que día a día pesa y pesa y jode y jode, mucho peor que cualquier tipo de mass-mind rape. Y para poder volver y caminar en 2 patas, para poder entrar a lugares como la universidad o volver a la casa, para poder tomar el dinero, para poder llevarse un pan a la boca, muchas veces es necesario ese ciego placer del engaño mental, y entonces tiene sentido que sea lo único que quede.

No vendría al caso hablar de éticas occidentales que no sirven para nada, indicar qué es lo que está bien y qué es lo que está mal, porque no importa. Nada en realidad importa cuando se trata de mentiras. No sé lo que nadie habla porque sé que es una mentira, pero tengo esa necesidad de “pertenecer”, que me molesta a sobremanera por cierto, que necesito muchas veces tener que escuchar a los que no quiero para poder “pertenecer”.

Pertenezcan cabros, después de todos eso es lo que hace a alguien “humano”. Si no se pertenece no hay caso pelear por cambios. Si no se pertenece, se carece de credibilidad. Pero entiendan que si no se pertenece, se tiene completa libertad, se sueltan las cadenas, se incendia el corazón con llama de vida.

Viéndolo así, entonces estaría justificado el hecho de mentir. Pero esto es una falacia, hay error al creerlo. Mentir no debiera estar calificado como bueno o malo, si es algo que todos hacen. No se trata de creer o no creer, se trata de compartir. Si alguien comparte contigo alguna experiencia o idea, o hace algo notable para uno, ésas son personas que de verdad valdrán la pena para tu vida, independiente de si sea por mentiras. Uno decide creer o no creer, pero eso es otro proceso independiente de compartir. Si alguien comparte algo contigo, acógelo como el más noble gesto humano que el mismo humano puede hacer. Por eso, hay que escuchar, mantenerse despierto, no ensimismarse, ni tampoco enceguecerse. Divagar por soluciones está bien, es humano. Buscar salidas, ocupar espacios mentales en donde hay sombras muchas veces es lo que hay que hacer.

Uno decide si creer o no creer.

Paz!

jueves, 15 de septiembre de 2011

Virarse

¿Cómo no voy a pensar en eso? ¿Cómo no me va a llamar la atención el cuento del aventurero implacable, el super hombre que nos cuentan cuando chicos, que viaja y viaja y no le importa nada? ¿Tendrá familia? ¿Querrá tener una? ¿Por qué pensar en que una idea puede volverse real? ¿Qué hacer?




Buenas preguntas todas. Pero ninguna respuesta. Nada más que más preguntas. Es que sucede esto del problema Into the Wild, el del completo anarquismo, un ataque medieval a lo Robin Hood, quizá. No sé. Virarse... No es lo mismo que escapar. No significa no afrontar tus problemas. Es algo así como anular tu voto. Saber que algo es de cierta forma, pero tomas otra alternativa, una que permita el sistema, pero no la contemple, para jugar a algo así como Tom & Jerry, a Policías y Ladrones, a La Matanza (dense cuenta de lo brígidos que se ponen los nombres de los juegos, y cómo cada vez más es uno más real que el anterior).

La cosa es simple. Uno está acostumbrado a reprimir cosas que le gustan y no le hacen mal alguno a nadie. No te dejan gritar, no te dejan andar descalzo, no te dejan jugar en el barro, no te dejan acariciar perros, te obligan a algún toque de queda ficticio y fantasma, te dicen que está mal hablar con la fruta, que es de locos que te quedes mirando el cielo y viendo lo hermoso de las nubes, no te dejan caminar en polera por la lluvia, y cientos de cosas más. El drama es cuando lo haces, y te das cuenta de que acabes de hacer algo que no debías, que no pasa nada malo haciéndolo y que lo disfrutaste. Como por ejemplo, virarse. Y por decir "virarse" me refiero a hacer lo que te dicen que está mal, o lo que no deberías hacer, pero que ninguna de estas cosas tengan en absoluto consecuencias negativas para ti y para nadie, supuestamente. Es justamente esa la fuente de mis preguntas. Si corro en pelotas por la lluvia, y me resfrío al día siguiente, aprenderé que no debo hacer eso porque me resfrío, no porque dios se va a enojar conmigo y me voy a ir al infierno, es porque me resfrío, y eso lo consideraré válido y me sentiré feliz sin importar si me toma una semana de licencia. Pero si mi madre se desvela cuidando mi pulmonía, entonces el cariño (hablando exclusivamente por lo que yo haría) gana sobre el sentimiento de querer ganar experiencia, y por lo tanto no corro por la lluvia para aprender alguna lección. Entonces no me viro. Anhelo hacerlo. Pero no lo hago. Quiero demasiado a mis padres.

Y esto se convierte en un caso interesante, porque justamente ahí muere todo lo que he dicho en este blog acerca de no dejar que el sistema te gane. Muere porque no hago nada al respecto, más que descargar mi furia cibernéticamente hablando. Pero no es tan así, no es que "no haga nada". Sería mentira si lo digo. Aquí me convierto en el ideal del misionero, de "predicar" mi religión por las masas. Les digo que les de asco el mall, que no vean tanta tele, que está mal comprar por comprar. Les digo a la mierda sus tatuajes, a la mierda sus poleras, a la mierda su imagen pública. Les enseño quien es el enemigo, pero les digo que tengan paz. Y esto equilibra el "virarse" y el "quedarse". Pero no por demasiado tiempo. La rabia contra la máquina (Rage against the Machine) crece y crece. Ya no es suficiente "quedarse" en absoluto, no importa misionar, no importa enseñar, no importa no creer, no importa tener paz. Ya no es suficiente "quedarse". Del ideal del hombre intelectual, pasamos a un ideal más anti-occidental, el que nace una repugnancia gigante contra el sistema a niveles críticos. Rechazo, por ende, mi calidad de ciudadano, mi calidad de civilizado, y rechazo así tambien, todos mis derechos y mis deberes civiles.

¿Qué hacer, frente a unas ganas explosivas de "virarse"? Comprobar qué te hace feliz. No entregarte ciegamente al instinto, sino también buscando y creyendo que la felicidad puede estar en varias partes más. Incluso aquí. Odia el conformismo, cree más en la ambición. Si lo que te hace feliz supera tu retención, entonces "virate", pero hácela bien. Que no sea un arrebato. Que sea premeditado. Que te tome tiempo. Que tenga estrategia. No me refiero a tener un destino determinado, sino a estar seguro de si virarse es la real solución.

domingo, 7 de agosto de 2011

Cuestión de evolución.

Yo hablo de cosas que veo y que siento. Generalmente las veo, y me molestan. No creo que uno debiera andar hablando de cosas que no ve, dejandose llevar por las emociones o sentimientos. No corresponde. Uno tiene que tener capacidad de saber cuales serán las consecuencias de cada decisión que toma. Porque nadie te va a creer si después cambias tu postura radicalmente. Está bien equivocarse, pero sólo si se reconoce. Está bien pensar distinto, pero sólo si hay fundamentos. Siempre expongo incitándo a la paz, y si no lo he hecho, háganmelo saber.

Aquí pasa algo que no tenemos miedo de decir, porque no estuvimos en la dictadura. Tenemos rabia, porque estamos acostumbrados a que no nos entiendan. Crecimos reprimidos, bajo reglas que no estuvimos ahí cuando fueron dictadas, pero de una forma u otra rigen nuestras vidas, la forma de vestirnos, de llevar el pelo, de vivir. Estamos acostumbrados a que nos digan que está todo mal, que el mundo está por colapsar, que está por acabarse algo, que nada sirve, que las cosas son inútiles. Estamos acostumbrados a inhalar miedo e indiferencia de todos lados, o rabia que no entendemos. Eso que es demasiado importante para los adultos, no lo es para nosotros. De hecho lo despreciamos, porque vemos cómo se aferran todos a cosas que son superficiales, a cosas que no son completas, a cosas que han hecho daño.

Conocemos la mentira. Conocemos el miedo. Conocemos la rabia. Sabemos por qué da. Hemos estado en marchas y en nuestro hogar la televisión no lo dice. Hemos tenido que ser forzados a salir de la plaza para que no peligre nuestra integridad física. Hemos crecido con eso. Pero no lo sabemos decir, porque no sabemos hablar. Porque en el país se reducen las horas de clase de Lenguaje. Porque los escritores jóvenes son calificados de raros, de comunístas, y los jóvenes odian las categorías, porque han perdido toda identidad. No sabemos firmar cheques porque casi no tenemos nombre, tenemos números. Todo es automático, todo es instantáneo. No sabemos lo que todo ser humano debería saber, hacer fuego, plantar, construír una casa.

Pero pasa algo porque justo ahora se ve que nos olvidamos de eso. De nuestras trabas. De nuestros 'contras'. Ahora tenemos identidad. Ahora aprendimos a construír. Porque sabemos cómo es el terreno. Sabemos quien dice la verdad y quien no. Conocemos mejor a las personas que nos rodean. Leimos de la causa, de política, leyes, estatutos. Aprendimos a hacer lienzos. Cabeceamos una canción que apoya la causa. Perdonen la pregunta, es que tengo una duda. ¿Es eso acaso humanidad?

Tengo la duda porque hay gente que el sistema apoya y protege, gente que no pesca las protestas, gente normal, que no manifiesta, zombies mutantes que caminan frente al guanaco mirando despectivamente, calificando de comunistas al 87% de estudiantes movilizados. A ellos el gobierno protege y trata de mantener, carabineros resguarda sus autos, los bancos aseguran sus casas. ¿Quién chucha es humano al final? ¿El que aprende a ser mejor persona, o el que mantiene la cúspide de la civilización en su posición inproductiva, poco innovadora y condenada a la muerte a la larga? ¿El que se deja llevar, o el que se para frente a todos y lo dice?

Existe el miedo de que no se va a lograr nada, pero ahora todos sabemos como es el mundo, como funcionan las cosas, y eso nos va a traer seguridad en el futuro. Aprendimos a hacer fuego, para calentar a la gente en las tomas o para hacer barricadas. Aprendimos a leer, leyendo cómo dictan leyes para jodernos cada vez más. Aprendimos a opinar y a ser críticos, porque vemos día a día cómo tratan de ofuscar todo. Ofuscarlo y hacer que sigamos pensando, nuevamente, que está todo mal, que todo es inútil. Hay gente trabajando día y noche, con altos sueldos, trabajando incesantemente para jodernos. Y no nos damos cuenta. Y recibimos amenazas si tratamos de hacer algo.

El ser humano original aprende, lee, se organiza, sí conoce el miedo y sí conoce la rabia, pero sí cree en que en grupos grandes, gigantes, siendo caleta, más que la chucha, puede hacer algo radical, importante, enorme. No tolera vivir todos los días pasando como números, el tiempo como matemáticas, inertes, muertos. No tolera escuchar mentiras. No tolera tener que quedarse en casa, sabiendo que sus propios hermanos y amigos están en la calle manifestándose por el futuro, el de él, el de sus hijos, y el de todos nosotros. Es cuestión de evolución. El humano siempre ha sido así. Y así es sólo quién es un verdadero humano.

Paz, cabros, tengan paz.

martes, 26 de julio de 2011

La "Hueá"

El otro día estaba en una situación que no me gustaba mucho, pero por deber un tanto moral (quizá moral no es la palabra) tenía que estar ahí. Eso era lo que consideraba yo. Hasta ese momento, al menos. Era un Consejo Superior de la Universidad, y estaba yo sentado, lateado, al lado del centro de alumnos de mi carrera, completamente callado, escuchando a ratos atentamente lo que decían los demás. Bueno, no es por ser exigente, pero todos decían lo mismo. Exactamente lo mismo. Y se repartían qué parte decir. Una parte, su contraparte, la otra parte, su respectiva contraparte, a ver quién de los hueones la decía con peor semántica y gramática. Nada nuevo. Sabía con antelacion qué iban a decir, incluso nada más viendo la forma en que se senataban, o se vestían, o miraban al resto. Esas tres cosas, y absolutamente ninguna más.

Qué desgracia. Tenía presente, en una misma sala, a cuanta mentalidad distinta debía haber, supuestamente, cada grupo de personas ocupándose de más de 30 áreas distintas del conocimiento. No hablemos de "futuro de Chile", hablemos de algo más tangible, futuros arquitectos, ingenieros, médicos, científicos, humanístas, etc. Si yo me voy en estas voladas, me imagino qué tendrán que aportar los otros. Lo esperaría con ansias. Menos mal que no lo esperé. Porque no llegó. Nadie estaba tocado por la estrella. Nadie estaba iluminado ese día. Nadie hizo gracia del discurso, al borde de jugar con las palabras a tal extremo de hacer dulcemente carismático su discurso.
Y me reí y pensé en el pulpo maldito ese, metiendo sus tentáculos por medio de los bloques de gentes en planes de organización para hacer por cansarse del ser, o hacer porque el ser no resultó, o falsamente se realizó. Los partidos políticos en las más perversas organizaciones, tentáculos fuertes y densos, dispuestos a azotar cualquier intruso en el plan sistémico nacional de gobierno. La parte y su contraparte. Peleando, tomandose turnos para ser boca o cola del ouróboro. Una discusión infinita y así de infinita, infinitesimal entre lo que de verdad había que hacer. No aprendí nada. De hecho comprobé lo que realmente era, el pulpo ahí, presente completamente, mostrando lo brutal y asesino que es. Bueno, lo asesino lo comprobé despues. Pero lo comprobé.

Una completa lástima. Sin hacer uso de una sucia y prostíbula negociación, no se podía hacer nada realmente radical, o efectivo. Siguiendo ciertos patrones un tanto corruptos se podría dejar contentos a todos, fuera de toda parada y empantanado hasta las orejas de partidos políticos. Vendiendose. Así y nada más. Porque no hay más que hacer, más que jugar entre las reglas del sistema, nadar por el vertedero usando cualquier cosa como antiséptico. O como preservativo.
Me paré y me fuí, pensando "están puro hueviando". Me pregunté si estaba bien eso o no, de hecho qué estaba bien y qué no, y me reí a carcajadas al instante de pensarlo. Dejé el activismo botado en ese momento, por creerlo falso y despojado de toda originalidad, y sentí que había sido parte ciegamente entregada a un engranaje del sistema. Así no iba a resultar "la hueá".

¿Qué hacer? La verdad de las cosas, no tengo ni una puta idea de qué hacer. Si me radicalizo soy parte del sistema y me arriesgo por nada. Si no hago nada, entonces no soy más que un gusano. Ese mismo día expuse el problema a varios de mis amigos. No ví ninguna respuesta coherente y concisa (por el hecho de que no ví respuestas), y apacigué mi rabia al pensar que yo justamente por eso había elegido ese grupo de amigos, porque jamás me iban a cuestionar el hecho de que yo llegara al borde de la ética y la moral preguntado y criticando lo que existía. Un trato justo. Si sé que hay más gente que vé las cosas mucho mejor que yo, pero al estar a medio devorar por el pulpo desgraciado, no hablan más que balbuceos para los medios.

¿Qué hacer? Tan solo mantener la paz...

¿Qué hacer? Si acepto algo, acordarme del pulpo y del engranaje

¿Qué hacer? Vivir nadando en el vertedero, usando cualquier cosa como antiséptico.

O en su defecto, como preservativo.

sábado, 23 de julio de 2011

El que fía no está, salió a COBRAR

Pasó una buena cantidad de tiempo antes de que me diera cuenta de la frase que una vez alguien me dijo. "Mejor no confiar en nadie (hasta aquí ya me sentía indignado), ya que no sabes si la palabra de la otra persona es verdad o es mentira". Claro, me dije, coincide más menos con lo que pienso, y creo. Pero, no sé... algo falta, ¿no? Como que acaba de VIOLAR TODO lo que sé y conozco y me esmero por difundir acerca de la confianza y la paz y el equilibrio y todas esas cosas raras que nos hacen bien (como podrían perfectamente hacernos mal).

Exactamente pasaron 2 años y 4 meses para que yo entendiera por fin. A la larga, lo que entendí, es lo siguiente:

Uno no puede andar confiando en lo primero que alguien muestra, ese consejo que nos dan cuando chicos de "no te fíes de extraños". El asunto va cambiando, sí, porque eso que nos muestran es principalmente la palabra. Es lo más fácil de disfrazar y usar y controlar para fines maquiavélicos y profanos. Y es lo primero de lo que nos fíamos. Confiar en la palabra, me llevó, me atrevo a decir el 50% de las veces a cosas y lugares que no quería. Pero confiar en las personas que más amo, nunca me ha fallado. Acabo de contradecirme entonces, ¿me debere quedar con la palabra? Aquí aparece otro integrante de la película, que es el "ser-hacer". Del dicho al hecho, del verbo al acto. No se puede disfrazar lo que uno hace cotidianamente y a largo plazo, esas actitudes, la forma de caminar, de tocar algun instrumentos, los cuentos que escribe, las palabras que usa. Los contextos a los que se mete, cuanto arriesga por los demás, cuánto es capaz de caminar. Nadie es tan buen actor, es imposible disfrazar todo eso. Menos en 2 años y 4 meses.

A la larga no es que no sirva confiar en la palabra. No es válido. Pero no por la inseguridad de si es verdad o no. Es porque no importa si es verdad o no. Si un amigo me cuenta una historia, soy libre de creerla o no, me arriesgo o no. Lo válido y lo admirable es que tuvo la amabilidad de cederme parte de su tiempo, o de su confianza, hasta una parte de su vida quizás. El hecho de compartir algo conmigo por creerme perfectamente válido para eso. De eso se trata confiar.

Paz y keep on headbangin'!