lunes, 31 de octubre de 2011

Keep your hands off my stack.

Matarlos a todos. Quemarlos a todos. No dejar que me infecten con su mierda de plástico. No dejar que me usen. Que me atrapen como el pulpo mecánico del final del video de "Do the Evolution" de Pearl Jam. Escapar de sus artimañas. Desviarlos. Sabotearlos. Desobedecerles. Enseñar que ellos son los malos. Enseñar cómo no caer en sus trampas. Enseñar cómo llevarles la contra. Odiarlos, si es necesario. Matar o morir, ¿será necesario? ¿Me viro o doy la pelea? ¿Me entrego de una vez por todas, por el más alto de los precios? ¿Les hago el favor? ¿Dejo que me perviertan? No lo sé. No importa. Sabré que están mal. Ellos son los malos. No dejar que me infecten con su mierda de plástico. No dejar que me usen. Sabotearlos si es necesario.



Stencil hecho por "Martín Warp", un verdadero artista este chiquillo.
"Keep your hands off my stack" es una parte de Money de Pink Floyd. Es lo que el preciado tesoro amerita, "aléjate, mierda!". La gracia, es la cantidad de cosas que puedo decir con "tesoro". Tomando exclusivamente esa frase, la cosa adquiere un doble sentido. Aléjate de mi dinero o aléjate dinero...

Paz!

miércoles, 5 de octubre de 2011

Everybody Lies (así que ¿qué nos importa...?)

La próxima vez que escuchemos a alguien hablando y haciendo autoridad de su propia honestidad y verdad, de su capacidad plena de afrontar los hechos de frente, sacando algo así como antimateria de su interior para hacer uso de sus capacidades dictatoriales y discursivas, no le crea. Existe llamado algo “La Prueba del NO”, de lo que me enteré un día en un coloquio organizado por la Escuela de Derecho de mi universidad. Una expositora española hizo una acotación acerca de las premisas entregadas en el discurso del Presidente de la República. Si la premisa entregada, es imposible rebatirla con un simple “no”, entonces es mentira. La premisa debe entregar razón, debe tenerla, no ser fuente de virtud y verdad.

Esto, hablando en modalidades discursivas es muy válido. Pero también hay que considerar la diferencia de contextos, hablando de historia un poco, donde antes el personaje carismático emitía su discurso vociferando a grandes pulmones hacia una vasta cantidad de personas, en espacios públicos generalmente, en grandes encuentros. Ahora es por el aparatito ese tan criticado en este blog, la televisión, donde no es necesario asistir a encuentros –lo que es completamente explicable y no debiera sorprender-, sino quedarse en la comodidad y calidez de nuestro hogar, pero corriendo el riesgo del “mass-mind rape” que cantaban los Rage Against the Machine, de la violación mental en nuestra propia intimidad del hogar. Otra facilidad que le ofrece la TV al Estado.

Probablemente a usted le recuerde al Dr. House, que en su cita más fundamental de la 4º temporada, indicaba así “Todos mienten”. Incluso, tras ser rebatido por una de sus ayudantes, quien decía “Todos mienten, pero hay una excepción en cada regla”, House agregaba lo siguiente: “En realidad no la hay. Eso es lo que hace a la regla”.

Por consiguiente, usted no se sorprenda cuando descubra la mentira en ojos confidentes. Lo más probable es que haya hecho lo mismo poco tiempo atrás. Hay una magnífica cantidad de razones y causas, técnicas para descubrirlos y convertirse, pero siempre queda el amargo sabor de un incendio mental o emocional al descubrirlas.

Lo interesante es el hecho de que la gente trata siempre de protegerse. La protección es uno de los recursos más necesitados por la humanidad. Y el ciego placer del engaño mental a veces es lo único que queda. Somos más adictos a la protección que al agua, y es eso lo que no tienen algunas personas, o no necesitan algunas personas, eso es lo único que los diferencia del resto, muchas veces. Gente que decide virarse y no estar ni ahí con la protección, o aventurarse en un viaje desconocido por el mundo y el descubrimiento, despojándose de toda marca, todo signo, todo número y todo lenguaje. El mundo se abre una sola vez, y esa vez puede bastar para joderse la vida buscando la luz en la cueva de oscura de Platón, sirviéndose de cualquier maldita chispa de oscuridad en medio de la masa oscura de materia real y cotidiana que día a día pesa y pesa y jode y jode, mucho peor que cualquier tipo de mass-mind rape. Y para poder volver y caminar en 2 patas, para poder entrar a lugares como la universidad o volver a la casa, para poder tomar el dinero, para poder llevarse un pan a la boca, muchas veces es necesario ese ciego placer del engaño mental, y entonces tiene sentido que sea lo único que quede.

No vendría al caso hablar de éticas occidentales que no sirven para nada, indicar qué es lo que está bien y qué es lo que está mal, porque no importa. Nada en realidad importa cuando se trata de mentiras. No sé lo que nadie habla porque sé que es una mentira, pero tengo esa necesidad de “pertenecer”, que me molesta a sobremanera por cierto, que necesito muchas veces tener que escuchar a los que no quiero para poder “pertenecer”.

Pertenezcan cabros, después de todos eso es lo que hace a alguien “humano”. Si no se pertenece no hay caso pelear por cambios. Si no se pertenece, se carece de credibilidad. Pero entiendan que si no se pertenece, se tiene completa libertad, se sueltan las cadenas, se incendia el corazón con llama de vida.

Viéndolo así, entonces estaría justificado el hecho de mentir. Pero esto es una falacia, hay error al creerlo. Mentir no debiera estar calificado como bueno o malo, si es algo que todos hacen. No se trata de creer o no creer, se trata de compartir. Si alguien comparte contigo alguna experiencia o idea, o hace algo notable para uno, ésas son personas que de verdad valdrán la pena para tu vida, independiente de si sea por mentiras. Uno decide creer o no creer, pero eso es otro proceso independiente de compartir. Si alguien comparte algo contigo, acógelo como el más noble gesto humano que el mismo humano puede hacer. Por eso, hay que escuchar, mantenerse despierto, no ensimismarse, ni tampoco enceguecerse. Divagar por soluciones está bien, es humano. Buscar salidas, ocupar espacios mentales en donde hay sombras muchas veces es lo que hay que hacer.

Uno decide si creer o no creer.

Paz!