martes, 11 de septiembre de 2012

Materialismo



Si te digo que la estupidez me estresa
bang bang dos tiros a la cabeza
si te digo que la tele estupidiza
que el sistema te involucra
para votar a los garcas

Yo quiero que las cosas se den vuelta
que seas inteligente
que penses con la cabeza
no ves que todo el mundo se hace mierda
con tanto materialismo,contaminación y guerras

Vos sabes
el grado de materialismo que tenés
Materialismo,contaminación,por tu estupidez
Guerra!


sábado, 11 de agosto de 2012

Rebeldía, felicidad e inteligencia.

Parece ser que al fin me he despertado de un sueño de la realidad bastante confuso. Lo que sucede es que hay veces en que nuestra cabeza se ve limitada por cosas que nos enceguecen. Como por ejemplo, problemas que no nos dejan de alarmar. Dudas, que no se escapan sin respuesta. Y uno entra en un paréntesis, del que nos referimos luego como un "a propósito de". No veo necesidad de ocultar nada, pero a veces es mejor ser discreto con algunas cosas. Esto es porque funciona de maravilla la instauración de una forma de pensar elementalmente básica. Una falacia, creo, que es el mejor ejemplo de la ideología actual y la idiosincrasia colectiva. ¿Se ha fijado usted en la opinión pública? ¿Les cree? ¿Saben ellos acabadamente la totalidad de los hechos? ¿Se ve que hay reflexiones de lo acontecido? Probablemente no. Y es porque eso justamente es lo que falta. Ver. Pensar. Reflexionar. Es sano pasar horas desconectado. A la deriva. Esa paz interior que se gana cuando uno no está al parecer persiguiendo nada, dejando todo fluir con normalidad. Porque la ansiedad y la desesperación, que recaen en la infelicidad, es también un arma de este pulpo que tanto critico, una de las mejores armas. La infelicidad se apodera de una mente ciega, de un corazón oprimido. Se apodera muy fácilmente de aquellos que piensan y repiensan cosas, porque creen que la solución es mental, es algo que puede nacer de uno. Estas personitas piensan que es su culpa que algo no funcione. Piensan que deben dar cuenta de algo, que deben tener respuestas para todo. Saben demasiado, pero demasiado nunca es suficiente. Se convierten en agujeros negros que jamás se sacian, siempre pidiendo y exigiéndose más y más, y se autodestruyen. Las personas inteligentes no son quienes piensan más. Son quienes eligen -y aciertan- en cuándo y cuánto pensar. Son quienes no caen en la ansiedad, pero tampoco en la deriva. Porque las personas que nos rodean siempre nos necesitan. Nos rodean porque somos una serie de planetas uno al lado de otro, y ejercemos gravedad en los otros. Hacemos el cambio en los demás. Estas personitas dejan de culparse a sí mismos cuando se construyen a sí mismos. Porque ser felíz es un proceso. Hay que estar triste primero. Luego perdonar, a otros y así mismos. Tratar de cambiar las cosas, en lo posible y lo justo. Y luego viene la reflexión. Cuando uno baja de las colinas de la introspección, debe bajar felíz. Ya no hay nada que nos pueda botar. Te dicen que existe una pareja ideal y te meten en la cabeza cómo debes amar. Te dicen que debes tener una casa, un perro, un auto, que debes ser heterosexual, que debes ser lo más blanco y rubio posible, que debes ser profesional y debes ganar dinero trabajando para otro más rico que tú, que debes vestirte de cierta forma y tus hijos deben ser lo mismo que tú. Te meten en la cabeza cómo vivir. Cuidado con los libros de autoayuda, cuidado con los consejos que escuchas. Cuidado con los sicólogos y los profesores. Nosotros somos libres. Esa es la única verdad. Aunque sea sólo en nuestra cabeza, ese kilo y medio de nosotros, es nuestra prueba de libertad. Sé felíz, es lo más rebelde que existe. Sé inteligente, es lo más libre que podrás ser.