viernes, 23 de octubre de 2009

Una teroría sin teoría


El otro día escuché algo que me causó una expectación tan grande, que corrí a mi casa a averiguarlo. En una conversación, de esas que se tienen por el centro, escuché algo de una llamada "Ley de Atracción", cuyos postulados se encontraban, supuestamente, en un libro conocido como "El Secreto". Lo que alcanzé a oír, a grosso modo, en medio de pitazos y ruidos de motores, fue que trataba sobre lo "bueno" que te pasaba, y que lo podías controlar. Y como bien dije, llegué a mi casa a averiguar al respecto.
Se trata de que supuestamente tú estás conectado con todo el universo, donde las cosas se mueven siguiendo a sus semejantes. Es decir, si piensas en cosas buenas y en que en verdad las vas a obtener, ellas vienen solas, por arte de magia hacia tí. Sigue tres pasos en los que tú debes primero pedir, luego tenerla respuesta y luego recibir el paquete. Se supone que no es tan fácil, sino que hay que estar como sintonizado respecto a lo que quieres pedir y debes alejar de tu mente esos pensamientos "malos" y que te hacen sentir mal.
Después de esto, esperé, leí más, busqué, releí, pero no apareció nada. Esperaba, con inquietud, el momento en donde me dispararan las bases neo-científicas, metafísicas o místicas del asunto. Pero no. Nunca llegó. Jamás se fundamentó. Giraba en torno a lo mismo, "pidan y se les dará, pero sean buenos". Cerré mi navegador de internet muy desepcionado y con una gran pérdida de tiempo.
En el Universo, tú estás en orden con él. Habitas un cierto espacio-tiempo en una determinada dimensión (la cuarta, no la tercera, ojo), a eso se le llama "Equilibrio del Universo". Todas las cosas que pasan, dentro de esta dimensión, obedecen ese equilibrio. No están preescritas, pero de una u otra forma, si están previamente determinadas, dado que el equilibrio nunca se logrará totalmente. Entonces, cuando sucede cierto evento que desentona ese equilibrio, el Universo hace lo necesario para volver de nuevo al estado basal. Así es como funcionan las "posibilidades". Es por esto que están determinadas al azar (entropía), pero cumpliendo un cierto orden, que claramente varía de un tiempo a otro.
Dentro del Universo, TODAS las cosas pueden variar el equilibrio, desde las galaxias, hasta las partículas subatómicas, todas influyen en este estado basal y todas son esa posibilidad desarrollándose al máximo (se dice máximo porque es si o no, 1 - 0, donde el máximo es 1, obviamente), y sí, es posible que un ser controle todo lo que le rodea, pero es demasiado improbable. No existe ser humano que lo haga, ni creo mucho que veamos uno. Si nos sorprendió demasiado que alguien caminara sobre las aguas, o que convirtiera el agua al vino, regulándo las posibilidades y ordenando la entropía, no hay muchas probabilidades de que algo semejante suceda en el pueblo común. Y esto era algo tan simple, que ni siquiera variaba las dimensiones, todo ocurría en el mismo espacio-tiempo. No sabemos si lo que sucederá a continuación viene desencadenandose solo en esta, o en paralelas dimensiones, quizá una quinta, una sexta o una décima. Y por supuesto el Universo contempla tambien estas dimensiones. Ni siquiera estamos concientes de todo el espacio que nos rodea y vamos a estar dispuestos a controlar dimensiones a las que no podemos entrar porque nuestros cerebros humanos aún son muy idiotas y jóvenes como para entender otras realidades.
Por otra parte, nuestro cerebro concede ciertos accesos de control, regulándo ciertas características. Como por ejemplo, podemos desdoblarnos si estamos concientes de todo nuestro cuerpo, podemos mover cosas si estamos concientes de su posición (y un lapso pequeño dentro del futuro de esa posición). Para regular lo que sucederá, debemos estar concientes, necesariamente, del cómo y del cuándo, además del por qué, obviamente. El Universo obedece solo al bien común. Y dentro de todas esas galaxias y todas esas dimensiones, ¿crees acaso que va a considerar a un pequeño ser humano, siquiera dentro del bien común?
De todas formas, encuentro demasiado egoísta pensar en arreglar nuestro mundo y pedir cosas para nosotros, siendo que hay demasiada gente en peores condiciones que nosotros. Queda demasiado por hacer en él. Y pensando en una bicicleta, o una buena nota, no es la mejor forma de arreglarlo.

"Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida." – Albert Einstein

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